En los años 30, el espionaje soviético iba tomando protagonismo en Europa. Reclutar espías e informantes en los diferentes países era su principal consigna; sobre todo si estos eran considerados sus enemigos.
Sin embargo, lo que nunca imaginaron ni los propios servicios secretos europeos eran que estos grupos pudieran incluir en sus filas a jóvenes con una prometedora carrera. Este hecho ocurrió con un grupo de estudiantes de la Universidad de Cambridge; quienes volvieron locos al contraespionaje inglés. Con los años cinco de ellos fueron descubiertos; aunque algunos otros permanecieron en el anonimato a cambio de su confesión; y otros ni llegaron a ser descubiertos.
Harold Adrian Rusell Philby; mejor conocido como Kim Philby fue sin duda el mejor del Círculo de los Cinco. Gracias a la influencia de su padre que vivía en Inglaterra, este joven nacido en la India pudo entrar a la elite inglesa. Al ingresar a Cambridge, desde un principio adoptó las ideas comunistas, militando en este partido Kim terminó sus estudios y sintió interés por el movimiento nazi y por las distintas corrientes que sacudían Europa.
Conociendo las influencias que su padre tenía en la sociedad inglesa, consiguió el respaldo del propio embajador español en Inglaterra, llamado el duque de Alba; quien le daría una carta de recomendación para que pueda cubrir por el Times. Terminando así como periodista en España cubriendo la guerra civil desde la perspectiva del general Franco. Aprovechando su instancia en ese país, pudo mantener informados a los rusos; quienes le habían encargado entre otras tareas, el asesinato del general Franco, misión que pudo realizar, pero sólo si era a consta de su vida. Al finalizar la guerra fue condecorado por el propio Franco, que posteriormente le concedería una entrevista, de tanto éxito que la reprodujo el diario ABC.
Se trasladó hacia Francia, aprovechando su cargo como Periodista para finalmente regresar a Londres; donde conseguiría junto a sus amigos de Cambridge reclutados por los rusos, el ingreso en el SIS, específicamente en la división de la península ibérica.
Kim era una persona sumamente suspicaz, prudente y reservado, además de saber disimular sus verdaderas ideas políticas, llegando a engañar al propio servicio de inteligencia; quienes lo nombraron tras la guerra como jefe de división contra los rusos; acción que le serviría para sus fines ideológicos.
En la década del 40, en su labor como agente de espionaje fue enviado a los EEUU donde trabajo en la propia CIA. Es en este país, donde son enviados sus amigos de la Universidad, Donald Maclean y Guy Burgess, ahora topos de la URSS; a quienes Kim alertó durante el escándalo de los espías atómicos para que huyeran a Moscú antes de que les detuvieran. Sabía el riesgo que corría al poner en aviso a sus amigos, pero tenía muy presente que si ellos eran detenidos, podría salir a relucir su nombre.
Huidos sus colegas, los americanos quisieron interrogarle, pero el SIS creyó en su inocencia y se lo llevaron a Inglaterra. No obstante, sufrió tantos interrogatorios que cualquier otro habría soltado algún comentario imprudente que le habría implicado en el caso, pero Philby estaba muy seguro de sí mismo.
Incluso algunos tabloides se atrevieron a señalarle más tarde como “El tercer hombre”, pero uno de los ministros del gobierno le defendió públicamente diciendo que no había pruebas contra él. Con el tiempo Philby siguió colaborando con el SIS, la desconfianza en su entorno creció, pero nadie podía acusarlo porque no había pruebas.
En los 60 recuperó su carrera como periodista y se fue a vivir en Beirut. Se refugió en el alcohol, la cual le afecto su salud. Treinta años después confesaría por primera vez que había sido captado, por los rusos para trabajar como agente de ellos. Lo lógico hubiera sido después de confesar su delito, que las autoridades inglesas lo hubieran detenido; sin embargo estas mismas dejaron que Kim huyera, pareciendo meses después en Rusia.
Fue condecorado en Rusia con la orden de la Bandera Roja, al igual que en Inglaterra años anteriores fue premiado con la Orden del Imperio Británico.
Consigue rehacerse, no se si será por el hecho de divorciarse o por casarse con una rusa notablemente más joven que él, y termina sus días dando charlas a los futuros agentes de una URSS que comienza a agonizar. Muere en 1988 a los 76 años y es enterrado con todos los honores.
El mérito de Kim fue sin duda ser uno de los mejores agentes doble de la historia, y su suspicacia y calculo le sirvió para jugar al espía encubierto. Sin duda su vida que ha servido como inspiración directa o indirecta a varias historias plasmadas en cine, literatura y televisión.
