lunes, 18 de marzo de 2013

Los desafíos del Papa Francisco

A casi una semana del anuncio de la elección del  máximo representante de la Iglesia Católica, los ojos del mundo están puesto en este nuevo Papa, y no por su origen latinoamericano específicamente sino por la línea que seguirá.  Seamos sinceros, contra todos los pronósticos su nombre nunca figuro como un fuerte candidato, y su designación ha descolocado respecto de hacia dónde irá el pontificado y cuáles serán sus prioridades.
La elección del nombre Francisco, en honor a San Francisco de Asís, nos puede ayudar a percibir cual será el  estilo y precedencia que seguirá el santo padre; un camino exclusivamente dirigido a los más pobres y necesitados, algo que últimamente la iglesia se había olvidado y centrado en otros temas. 
Por ejemplo: en la misa que se concelebró al día siguiente de su nombramiento con los cardenales, en la Capilla Sixtina, el Papa  dejó claro su posición: “Podemos hacer todo, pero si no confesamos al Jesucristo en la cruz seremos simplemente una ONG piadosa. Es más, citando a las memorias del escritor León Bloy, añadió que “cuando no se confiesa a Jesucristo, se confiesa a la mundanidad del diablo”.
Otros aspectos importantes que describen perfectamente la sencillez y humildad de este hombre, que después de haber asumido su cargo, canceló la cuenta del hotel donde estuvo hospedado en los días del conclave, además de declinar en el uso de los tradicionales y elegantes zapatos rojos como lo hacían los otros pontífices, optando por unos zapatos negros;   en el caso de Jorge Bergoglio sus zapatos son los mismos que usaba durante su trabajo pastoral en Buenos Aires. Una muestra más de humildad que refleja en los actos protocolares que rompe como el hecho que saludara uno a uno a los fieles que se agruparon en las puertas de la capilla Santa Ana tras la misa de este domingo.
                Entre las tareas concretas que deberá afrontar el papa Francisco, está la necesidad de reformar la Curia Romana (aquellos organismos que ayudan al Papa en el gobierno de la Iglesia universal), para hacer que su servicio sea verdaderamente eficaz.  El caso de “los vatileaks” (la fuga y publicación de documentos, algunos dirigidos directamente al Papa) puso en manifiesto que a veces la Curia Romana ha sido más obstáculo que ayuda a Benedicto XVI.
Pero sin duda uno de los desafíos más importantes que tendrá que enfrentar el Papa será la de frenar los casos de abusos y escándalos de diversos tipos, una tarea que el anterior padre empezó con su llamada “operación limpieza”, donde la atención a las víctimas y la transparencia en los resultados, han sido su objetivo principal.
En los últimos tiempos el papel  de la Iglesia Católica se ha visto centrada en resolver casos de diferentes índoles, olvidando por momentos la tarea más importante  que es la Evangelización. Esperemos que este Papa  logre esa tan ansiada unificación entre la Iglesia y los fieles, donde sintamos que la Iglesia sigue viva; por lo pronto su transparencia y humildad parece jugar un papel importante entre miles de creyentes.